Hoy, siguiendo con las reflexiones, y con algo más de tiempo, quisiera comenzar con estas entradas de ciencia y reflexión. Es extensa esta oda, pero si tiene unos minutos y sobre todo, ganas de sentir de cerca la fuerza del cosmos y de poner una sonrisa en su día, aflorando su sentimiento astrónomo, tómese un descanso y comience con ella.
¿Qué
es la astronomía? - me suelen preguntar,
fácil
respuesta y a la vez difícil de expresar,
afición
llena de belleza que se basa en observar
objetos
y lumbreras que no paran de danzar.
Matemáticas
usamos para poder explicar
todo
aquello que a nuestros sentidos sólo puede deleitar,
no
es más que a nuestros semejantes apreciar,
pues
todos provenimos de una explosión llamada Big Bang.
Noches
a la intemperie sin el sueño conciliar,
localizando
lo que el oscuro firmamento llega a abarcar,
hijos
de lo oscuro, no dejan de brillar,
que
se juntan en grupos de manera magistral,
siguiendo
un orden meramente natural.
Una
religión sin dioses,
los
astrónomos sus practicantes,
Carl
Sagan su predicador,
y
Einstein uno de sus representantes,
muchos
hombres que han hecho de ella
religión
científica y verdadera,
de
evidencia certera.
Física
y química,
matemáticas y biología,
matemáticas y biología,
no
hay ciencia más completa
que
la astronomía.
Guiados
por la Cruz del Sur,
los
astrónomos aman observar,
los
cielos se contaminan,
no
así sus ganas se difuminan,
amor
incondicional a esta pasión
del
que todo aquel que lee se rinde,
a
algo común llamado afición.
Para
mí un estilo de vida,
pues
no es poca la dicha
cuando
nuevo descubrimiento se anuncia,
cuando
un nuevo cometa los cielos surca,
o
cuando oportunidad tengo de leer
algo
con que, con mi afición, tiene que ver.
Cómo
explicar esa sensación de cazar un meteoro,
tantas
horas observando,
frío
y calamidades pasando,
para
ver trazos de oro
que
segundos acaban durando,
pero
que todo esfuerzo realizado
acaban
compensando.
Poca
representación tenemos,
pero
eso no evita que disfrutemos,
oportunidades
van y vienen,
pero
los astros nunca se detienen.
Concluyo
diciendo que,
cada
vez que miremos una estrella,
lo
tomemos como un espejo,
pues
no es sino un reflejo,
de
un hermano muy parejo,
llamado
cosmos,
del
que un origen común tenemos,
Big
Bang le llamemos,
que
convierte en parientes
a
todo cuanto somos y tenemos,
pues
desde el más pequeño objeto
hasta
la más inerte nebulosa,
pasas tú, persona fabulosa,
que
compuesta de átomos,
tienes
en común, al menos, una cosa.
Francisco Cebrián - "Oda a la astronomía"
Más largo podría hacerlo, pero su
esencia podría perder, así que me despido con estas líneas en mi reflexión de
hoy. Espero que os haya gustado esta obra lírica y científica. Más podréis ver
en el futuro, gracias por vuestra atención.
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